Crítica de cine

Sayat Nova
La historia del cine heredada en la actualidad ha creado una serie de líneas dominantes que tienden a la narración y a la estructuración de la historia en actos, sin embargo, encontramos multitud de ejemplo cinematográficos que rompen con esta línea funcional y utilizan los recursos audiovisuales con finalidades muy diferentes.
«Esta película no intenta contar la vida de un poeta. En su lugar, el cineasta ha intentado recrear su mundo interior, sus estados de ánimo, sus pasiones y sus tormentos, utilizando ampliamente el simbolismo y las alegorías propias de la tradición de poetas-trovadores de la Armenia medieval». Primer intertítulo y espectacular comienzo de una de las aportaciones más hermosas, poéticas e intensas de la historia del cine, Sayat Nova. Esta original introducción exime al espectador de encontrar una conexión lógica lineal entre todas las imágenes y metáforas y aun así, poder disfrutar del largometraje.
Sayat Nova es un bello homenaje lírico del poeta medieval armenio del mismo nombre. Alejándose del retrato convencional, busca una relación cinematográfica con el lenguaje de su poesía. Serguéi Paradzhánov, autor de la obra, busca un estilo comprendido entre lo sensorial y lo melódico. Partiendo del lenguaje lírico como principal referente, transforma el plano en verso y aporta musicalidad en el ritmo de imágenes.
Este singular retrato escenifica en orden cronológico las diferentes etapas de la vida del poeta armenio Sayat Nova, desde su nacimiento hasta su muerte. En su primera etapa, la niñez, el poeta se encuentra rodeado de libros y escaleras con diferentes destinos, símbolo de los innumerables caminos posibles a tomar en este momento de vida. La referencia y apología de la cultura y el conocimiento es clara: “Sin libros, el mundo no habría sido testigo más que de ignorancia”.
El arte cinematográfico utiliza con una sorprendente facilidad ciertos motivos que conectan con la capacidad del espectador de leerlos y comprenderlos. Imágenes que nos evocan las huellas de nuestra memoria iconográfica y reproducen una disposición formal especialmente oportuna, capaz de sugerir más allá de la evidencia. Sayat Nova utiliza imágenes del simbolismo cristiano y místico de la época medieval sumergiendo al espectador en una constante reflexión acerca de la lucha que se establece entre la vida y la muerte.
Colores y formas son utilizados con maestría por el director soviético para representar todo tipo de simbolismos y estados anímicos a lo largo del largometraje. El rojo se asocia con la carne, el amor, la danza y el sexo. En contraste, los grises y negros podemos vincularlos con el espíritu, la oración, la austeridad monacal y la melancolía del poeta (“Yo soy aquel cuya vida y alma son tortura”).
Un libro entreabierto, una concha que cubre el pecho de una mujer o el jugo rojo de una granada manchando una hermosa tela blanca son algunas de las numerosas metáforas que introduce Parajanov en su obra.
El lenguaje corporal –en una interpretación mecánica y esencialmente mímica- se establece como medio principal de comunicación que, junto a una voz en off que recita puntualmente algunas estrofas del poeta, consiguen hacer innecesarios los diálogos, dejando prevalecer la importancia de la imagen.
Rodada con una exquisitez estética en la que predomina la libertad narrativa, la carga simbólica y la composición pictórica. Sayat Nova representa una de las películas más atípicas y extravagantes de la historia en cuanto a técnica se refiere. “…-es lo más parecido a ver una película extraterrestre-…” Jordi Costa. Predomina la frontalidad y los planos fijos en un intento de situar al espectador en un fantástico viaje astral y onírico.
Son destacables el extraordinario trabajo en vestuario, la puesta en escena y el cuidadoso diseño de escenarios que componen la obra. Una dirección artística que va más allá de la estética y juega un papel esencial en la narrativa del film.
Un momento histórico injusto- al menos para Serguéi Paradzhánov quien fue arrestado por sus ideas contrarias al régimen soviético- acompañó al estreno de la película que sufrió la terrible intervención de la censura por su alto contenido sensual y abundante iconografía cristiana. El color de la granada remplazó al título primogénito dejando entrever el debilitamiento temático y visual sufrido .
Si bien se viene otorgando a la narrativa el protagonismo del arte cinematográfico, con esta película, Sayat Nova, demuestra la ilegitimidad de este principio. Hace patente que el fundamento de la técnica del cine es la conexión de imágenes, con la que se puede transmitir una idea de la manera más rotunda.
Con esta manera de hacer se abren las puertas a cualquier otra posibilidad, además de la narrativa, como ocurre en el resto de las artes, para que pueda ser utilizada en el magnífico medio de comunicación que es el cine.


